Acerca de su existencia como pueblo, se sabe que fue un caserío, colindante con Guambia, que tuvo sus caciques, entre ellos el cacique Yapuna y que al vaivén de las disposiciones españolas fue reducido o agregado a Guambia, hasta 1584 cuando aparece con el nombre de San Jerónimo de Ámbalo y pasa a manos de encomenderos.
Aproximadamente hacia 1618, la
corona española lo concedió como encomienda, conservando su nombre al
conquistador Lorenzo Paz de Maldonado y su familia. Al parecer la encomienda se
desintegró años más tarde a favor de la hacienda y Ámbalo pervive como una
parcialidad en medio de esta.
Luego, el territorio fue
nuevamente segmentado a favor del trazado del camino real que conducía del
Valle del Cauca a las tierras del Huila; esto contribuyo a disolver la
comunidad y con ella la vida comunitaria.
A lo largo de todos esos años,
unos pocos comuneros se mantuvieron unidos y continuaros eligiendo su camino
según la tradición, de modo que dos siglos mas tarde en 1838, reaparecen datos
sobe la propiedad a favor de una familia Carvajal y Tenorio.
Los cabildos decidieron en 1855
buscar la protocolización del titulo del resguardo, gestión que vino a dar
resultado hacia 1867-1868; pero el último se concedió como encomienda a una
familia herederos de Carvajal.
Durante un siglo más, la sucesión
de la encomienda paso de mano en mano entre los herederos hasta que en
1943-1944, estos la convirtieron en propiedad privada para vender la tierra a
otras familias.
Con el fin de negar la existencia
del resguardo, se alegó que no había personal para asumir las funciones del
cabildo y se hizo comparecer a los cabildantes vigentes a las oficinas de la
gobernación del departamento, donde se despojó de sus varas de mando, así se
dio por liquidado el resguardo, se descalifico
al cabildo y se posesiono al hacendado como única autoridad en ese territorio,
vino entonces el desalojo sistemático de las familias indígenas, o su
conversión en terrajeros, como el proceso era semejante en toda la zona los
terratenientes presionaban al desplazamiento de las familiar de una finca a
otra, para romper el arraigo y la unión de los pueblos.
Las condiciones del terraje eran
tan malas, que muchos emigraron mas lejos, a municipios como: Piendamo, Inza,
Belalcázar, Morales, Cajibió, y al departamento del Huila.
En 1960 el hacendado decide
expulsar a los terrajeros restantes, para lo cual recurre a la división de las
tierras entre sus herederos y la cancelación del terraje. Así las haciendas se
convierten en fincas.
Para entonces surge en el país la
Asociación Nacional de Usuarios Campesinos ANUC y dentro de sus dinámicas se
dan reuniones y procesos organizativos. Los indígenas comienzan a encontrarse
en las fincas, según su lugar de origen, a buscar viejos conocidos en fincas y
veredas de los alrededores y deciden aprovechar la ley de reforma agraria y la
creación del Instituto Colombiano de la Reforma Agraria INCORA, para
reconstruir sus territorios en 1965.
En 1970 se produce una primera
recuperación por las vías de hecho, la fina la Betulía (Hoy vereda de
Tulcán-cofre, en ella participan indígenas de diferentes comunidad por
solidaridad y en apoyo al cabildo cuyo territorio se esta reconstruyendo. Cada
toma es base de apoyo para que cada pueblo emprenda sus propias recuperaciones.
De esta modalidad resulta que los
cabildos asignen tierras a todos los participantes en la recuperación, sin
discriminar por su origen étnico. Incluso se garantiza la permanencia de colono
campesinos favorables a la lucha indígena. Esto va a contribuir a la simbiosis cultural que hace tan difícil precisar hoy en
día los limites de las diferentes etnias culturas y lengua de la región, o
determinar su posible derivación de una “cultura madre” común. También permite
la prevalencia de la propiedad privada-campesina, incluso dentro del territorio del resguardo.
Cada pueblo convoca a su
migrantes identificados en otras veredas, municipios y departamentos, en esto
cumple un papel importante la complicidad entre pueblos pues se comienza a realizar reuniones clandestinas de que deben
ocurrir fuera de los territorios en litigio.
El 18 de septiembre de 1983, hayo
la protección del resguardo de Guambia que si gozaba de reconocimiento legal, Ámbalo
elige su cabildo con asistencia de 52 familias.., este cabildo responde a una
necesidad organizativa y constituye un hecho simbólico, pero no tiene validez.
Por eso en el mismo año se convoca
una asamblea en la vereda el Cofre, que si pertenece al resguardo, allí con la asistencia
de 120 comuneros se elige oficialmente al cabildo como un cuerpo compuesto por representantes
de las distintas veredas para el periodo
de enero-diciembre de 1984 después de muchos obstáculos y con franca oposición
local y departamental, el cabildo consigue que el ministerio de gobierno por
comunicado #01087 y 004237 del 3 de abril de 1984 ordena al alcalde municipal
de Silvia Cauca respetar y ratificar la elección del cabildo, solo el 27 de
junio del mismo año, al no encontrar mas recursos de dilatación , se cumple la
instrucción de dar procesión ala autoridad del resguardo.
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